Ben Simmons y los 30 segundos, las claves de la temporada NCAA 2015-16

8 Nov

Un año más, se alza el telón de una la temporada de uno de los baloncestos más intensos, emocionantes y apasionantes del mundo, la NCAA. Una competición con una constante renovación de equipos, estrellas y reglas para mantener, siempre constante, el interés de los aficionados. A lo largo de los primeros días de noviembre las universidades han empezado a desentumecerse con los primeros partidillos de exhibición ante sus seguidores, ya sea en pachangas entre los propios jugadores del equipo o contra rivales de entidad bastante menor (al fin y al cabo, no deja de ser una fiesta de presentación).

Esta semana ya empezaremos a ver algunos duelos de interés en la primera parte de la temporada, la fase del calendario “libre” previa a las ligas de conferencias. A continuación paso a desglosarte las principales claves del curso 2015-16: los novatos más destacados, los principales cambios de reglas y los grandes favoritos. Y con un apéndice final, 4 técnicos de prestigio implicados en prácticas poco edificantes.

El talento llega de fuera de los Estados Unidos

En una competición cuyos jugadores se renuevan año a año, el nombre propio de este curso será el de Ben Simmons. Natural de Australia, resulta un jugador difícil de encasillar en una posición concreta. Por su altura, 2,08 con bambas, podríamos definirlo como ala pívot. Sus habilidades, sin embargo, trascienden la pintura para mostrarse en toda la pista. Evidentemente, es capaz de rebotear. Pero luego puede poner la pelota en el suelo y atravesar la pista a toda velocidad. Su visión de juego es privilegiada para encontrar siempre el pase adecuado. Y se maneja bien con ambas manos (sólo su tiro exterior le delata como zurdo). Por ponerle un pero, lo encontramos en su mecánica de lanzamiento. Pero seguro que la pulirá.

Simmons, cuya mascota es un dragón barbudo que responde al nombre de Mutombo, se acabó decantando por una universidad de cierto peso deportivo como Louisiana State, pero con pocas posibilidades de títulos en las quinielas de pretemporada. Una universidad que compite en la Southeastern Conference (SEC), la misma de la todopoderosa Kentucky. El candidato a número 1 del draft de la NBA del 2016 no será el único freshman de los Tigers. El escolta Antonio Blakeney, quien renunció a una beca de Louisville porque a esta universidad la viste Adidas y él ha recibido el apoyo de Nike desde el instituto, será la amenaza exterior de LSU, una de los centros que tiene suscrito un acuerdo con esta segunda marca deportiva.

El otro gran candidato sobre el papel a encabezar el próximo draft de la liga profesional es Skal Labissiere, un interior de 2,10. La rivalidad con Simmons no se limitará al draft, sino que también vivirá sus episodios en la NCAA. Labissiere se ha decantado por Kentucky, el gran favorito a proclamarse campeón de la SEC en la que también se halla LSU. Este haitiano de 19 años vio cómo su casa se hundía en el terremoto de 2010. Él, su madre y su hermano permanecieron 3 horas atrapados bajo los escombros.

Pocos meses después de la catástrofe, se fue a vivir a los Estados Unidos con Gerald Hamilton, responsable de Reach Your Dream Foundation, una “ONG” que lleva a Norteamérica a jóvenes con talento procedentes de países subdesarrollados. Labissiere se matriculó en un instituto de Memphis, la Escuela Evangélica Cristiana, sin un buen nivel de inglés. Los primeros meses necesitó un intérprete en clase. En su año sénior de instituto se matriculó en otro centro, la Lausanne Collegiate School (en el que estudió en su día Marc Gasol).

Sin embargo, tras el cambio de centro la Asociación Atlética de Escuelas Secundarias de Tennessee no le dio permiso para jugar la liga oficial. Su mentor lo inscribió como miembro de Reach Your Dream Prep Academy, un equipo ajeno a esta organización, que puede enfrentarse a conjuntos de la misma en partidos amistosos pero que no puede participar en competiciones oficiales del Estado. Un buen recurso para no estar una temporada inactivo. La NCAA ha investigado los movimientos de Hamilton, pero ha dado el permiso a Labissiere para competir.

Por detrás de estos dos jugadores nos encontramos con el espectacular Jaylen Brown, un alero de 2 metros con unas excepcionales dotes atléticas que le permiten jugar de escolta, alero o ala pívot. En su primera temporada al frente de California, el entrenador Cuonzo Martin ha conseguido hacerse con los servicios de dos de los novatos con mejor cartel de la promoción, el propio Brown y el interior de 2,08 Ivan Rabb. El equipo de la universidad de California – Berkeley cuenta con una tripleta de anotadores exteriores de mucha categoría como Tyrone Wallace, Jordan Mathews y Jabari Bird. La llegada de los dos jóvenes alimentará sus esperanzas de culminar una buena temporada, aunque su corto banquillo será un hándicap muy importante.

Reloj, no cantes las horas…

Esta temporada del baloncesto universitario pasará a la historia por un importante cambio en la reglamentación: el reloj de posesión bajará de los 35 a los 30 segundos. No parece demasiado, pero es un rebaja que acerca un poco más este baloncesto de formación al baloncesto profesional.

En términos prácticos, con el reloj a 35 segundos el número mínimo de posesiones (suponiendo que todas llegasen hasta el límite) era de 68,5, unas 34 por equipo. Ahora, con el límite de 30, esta cifra sube hasta las 80, unas 40 por bando. Es lógico suponer que aumentará el número de puntos anotados, acabando con la tendencia a la baja de los últimos cursos.

Otra variación del reglamento que también ayudará a agilizar los partidos será la reducción de los tiempos muertos. Primero, porque así no se parará tanto el juego. Y segundo, porque se reducirá el tacticismo excesivo de algunos técnicos. Además, a partir de ahora los entrenadores sólo podrán pedir un tiempo muerto con el juego parado. Y se podrá castigar con una técnica de tipo B (un tiro libre) a los equipos que se demoren en exceso en volver a la pista tras una de estas interrupciones o más de 15 segundos en sustituir un jugador.

La NCAA volverá a hacer hincapié en que los jugadores atacantes dispongan de la mayor libertad de movimientos posible, castigando por ejemplo los contactos con la mano de los defensores para mantener la distancia en el exterior y vigilando los cortes. Para compensar un poco, se prohíbe a los tiradores buscar el contacto con un defensor que evita tocarles y la simulación de faltas (flopping) será castigada con una técnica de tipo A (2 tiros libres y posesión).

Otro de los cambios destacados en el reglamento es la ampliación del semicírculo bajo canasta dentro del cual no existe falta en ataque para las penetraciones. Esta zona de la pintura pasa de 90 centímetros de diámetro a 1,20, como en la NBA. Con esa medida se pretenden reducir las acciones en que el defensor se planta delante de su aro a la espera de la llegada del atacante, y de esta forma facilitar también el ataque. Por contra, se permitirá a los defensores hacer uso del antebrazo para mantener su posición (no para empujar) en el poste bajo ante rivales que les ataquen “culeando”.

Cinco candidatos a la victoria

Aunque la NBA le arrebató a John Calipari 7 jugadores al final de la temporada pasada (6 fueron elegidos en el draft, y el séptimo se hizo un hueco en los entrenamientos de pretemporada), el técnico de Kentucky ha manifestado que la de este año puede ser la mejor plantilla con la que haya trabajado jamás. De sus jugadores con protagonismo de la temporada pasada conserva al base de segundo año Tyler Ulis, al ala pívot júnior Marcus Lee y al alero sénior (no recuerdo demasiados jugadores de Kentucky que a las órdenes de este técnico hayan agotado sus cuatro años de elegibilidad antes de dar el salto a profesionales) Alex Poythress.

Entre los recién llegados, además del ya mencionado Labisiere, los escoltas Jamal Murray (que tan buen papel hizo con Canadá en los juegos Panamericanos), Isaiah Briscoe (con un físico ya formado para los profesionales), Charles Matthews y Mychael Mulder (que procede de un Junior College), y el pívot australiano de 2,13 Isaac Humphries. Y aún así, Calipari ha visto como el base-escolta Malik Newman prefería otra universidad de la Southeastern Conference, Mississippi State, a la suya. Culpa tal vez del sistema de 2 unidades de 5 jugadores que utilizó mientras las lesiones así se lo permitieron el curso anterior, y que no dejó brillar a algunas de sus estrellas por el estricto reparto de minutos. Esta temporada ya ha anunciado que volverá a un despliegue más clásico, con sus titulares y sus jugadores de rotación.

Duke también ha perdido al núcleo duro que la llevo a proclamarse campeona de los Estados Unidos en abril del año pasado. Jahlil Okafor, Justise Winslow y Tyus Jones fueron elegidos en el draft. El sénior Quinn Cook no fue seleccionado por ninguna franquicia, y tras probar en la liga de Verano y la pretemporada, finalmente no consiguió hacerse un hueco en la NBA (espera su oportunidad en la Liga de Desarrollo).

El entrenador Mike Krzyzewski podrá seguir contando con Grayson Allen, Amile Jefferson, Matt Jones y Marshall Plumlee. Llegan el base Derryck Thornton (un curso antes de lo previsto), el tirador Luke Kennard, el hombre con muelles en las piernas, Brandon Ingram, el ala pívot Chase Jeter y dos jóvenes con apellidos ilustres: Antonio Vrankovic (el hijo de Stojan) y Justin Robinson (el hijo de David). En definitiva, junto con Kentucky las dos universidades con una mejor hornada de novatos para la temporada 2015-16. Y mimbres suficientes para luchar por conservar su título de campeones del March Madness.

Si Kentucky y Duke parten en el grupo de favoritos por la calidad de sus nuevos reclutas, algunos de sus rivales a priori para ganar el título nacional el primer fin de semana de abril lo son por sus jugadores del curso pasado que siguen en la universidad. North Carolina sólo ha tenido la baja destacada de su chico para todo JP Tokoto, pero conserva a su anotador Marcus Paige (aunque empiece el curso lesionado) con sus escuderos exteriores Justin Jackson y Theo Pinson, a sus interiores Bryce Johnson y Kennedy Meeks, a su sexto hombre Joel James y a un Isaiah Hicks que debe seguir su progresión.

Kansas ha incorporado a dos freshman de mucho talento y proyección,  los interiores Carlton Bragg Jr y Cheik Diallo. El segundo, natural de Mali y elegido mejor jugador del último McDonalds All American (el partido de las estrellas para jugadores de high school), se enfrenta a problemas de elegibilidad relacionados con la homologación de los contenidos de algunas de las asignaturas que cursó en su instituto, Our Savior New American School. Aún sin su concurso, el entrenador Bill Self va sobrado de efectivos con el base Frank Mason,  el triplista Branen Greene, un Wayne Selden que este verano se ha mostrado más efectivo reconvertido desde la posición de escolta a la de alero, el ucraniano Sviatoslav Mykhailiuk, y sobre todo con un prodigio de técnica en la pintura como Perry Ellis.

Maryland ha visto marchar al escolta Dez Wells, pero ha retenido al base de segundo año Melo Trimble. El polivalente alero Jake Layman completará su curso sénior. Junto a ellos tres debutantes en el equipo, pero sólo uno rookie: el pivot Diamond Stone. El quinteto inicial lo completaran dos jugadores transferidos de otras universidades, el ala pívot Robert Carter (procedente de Georgia Tech, la temporada pasada no pudo jugar tal como marca la normativa NCAA para los cambios de centro) y el escolta tirador Rasheed Sulaimon (ex de Duke, el único jugador que el entrenador Mike Krzyzewski ha expulsado del equipo en los 35 años que lleva al frente del programa). Sulaimon, un freshman prometedor en la temporada 2012-13, tiene una oportunidad única para enderezar el rumbo tras haber perdido el norte.

Virginia ha perdido a uno de sus líderes en ataque, Justin Anderson, y al mejor defensor de la Atlantic Coast del pasado curso, Darion Atkins. Por contra, mantienen al base London Perrantes y al hombre desequilibrante en su juego, el escolta Malcolm Brogdon. Por dentro, Mike Tobey pondrá el carácter y la lucha y Anthony Gill la clase y la versatilidad. El año pasado el bloque que entrena Tony Bennett realizó la mejor defensa de toda la Division I, concediendo tan solo una media de 51,5 puntos por partido a unos rivales a los que dejó en el 36,7% de acierto en los tiros de campo. Este curso, su principal baza para optar al título volverá a ser la misma: cerrar su aro a cal y canto atrás.

Tramposos de alto copete

Los que seguro que no aspiran al gran título nacional son los Mustangs de Southern Methodist. La NCAA ha apartado este curso al equipo de los partidos de post-temporada (o sea, el March Madness) por fraude académico (se permitió jugar a algunos de los integrantes del equipo aunque no tenían la nota mínima para hacerlo), conducta poco ética en el reclutamiento de jugadores y poca diligencia por parte del entrenador jefe Larry Brown a la hora de informar de las irregularidades.

Brown, quién además no dijo la verdad en su primera declaración ante la NCAA, no podrá dirigir el 30% de los partidos (9) de sus jugadores esta próxima temporada. El organismo universitario también ha dejado a la universidad sin 9 becas deportivas repartidas entre las tres próximas temporadas, en las que el equipo estará “a prueba”. Tras este castigo, no sería extraño que su conferencia, la American Athletic, les impidiera participar también en su torneo tras la liga regular, el que da una plaza para la Locura de Marzo que SMU de todas maneras no podría aprovechar.

SMU ha visto como, además de su equipo de baloncesto, también era sancionado el de golf. Con estos dos expedientes llega a las 10 infracciones en el deporte universitario a lo largo de la historia (la mayoría fueron en futbol americano), convirtiéndose en el programa más sancionado de todos los tiempos en la NCAA. Su entrenador también suma un poco edificante récord. Antes de SMU, el veterano Larry Brown de 75 años, único técnico que a lo largo de su carrera ha ganado el March Madness y un anillo de campeón en la NBA, dirigió a UCLA y Kansas. Ambos programas también recibieron sanciones relacionadas con el período que Brown los entrenó.

El entrenador de SMU no es el único que tendrá problemas este curso. Como ya explicamos en la temporada pasada, Jim Boeheim también deberá cumplir su sanción por no haber sabido atajar las malas prácticas en Syracuse. O haberse hecho el sueco, que vendría a ser lo mismo. Roy Williams podría ver como su North Carolina, que parte como una de las favoritas, recibe una dura sanción por una trama que a lo largo de 18 años infló las notas de sus atletas para que pudieran ser elegibles para jugar. A lo largo del curso se espera al fin un veredicto de la NCAA al respecto.

El último centro en unirse al grupo de la vergüenza ha sido la Louisville de Rick Pitino, acusada de haber utilizado la prostitución como medio para reclutar jugadores. Según un libro publicado recientemente(“Breaking Cardinals Rules: Basketball and the Escort Queen”), uno de los auxiliares de Pitino, Andre McGee, contrató los servicios de una proxeneta, Katina Powell, para abastecer de prostitutas (entre ellas 3 de las hijas de la madame) fiestas celebradas en el dormitorio de los atletas de la universidad, el Billy Minardi Hall (llamado así en honor del mejor amigo y cuñado del técnico de Louisville, muerto en los atentados de Nueva York del 11 de septiembre del 2001). Es un asunto bajo investigación, pero que si finalmente se demuestra cierto comportará un castigo ejemplar.

Artículo publicado en http://www.encancha.com, novembre 2015.

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